La parada de las vacas (*)

De vez en cuando, Madrid y su aura de ciudad cosmopolita se dan un aire de importancia, y tenemos el gusto de tener una exposición itinerante a nivel internacional por las calles de la villa. Se trata, en esta ocasión, de la Cow Parade.



Una auténtica manada de esculturas de vacas de toda índole se reparten por la ciudad, convirtiéndose en una perfecta excusa para pegarse un paseo matutino de sábado y ponerse a tirar unas fotos rodeado de los puntos álgidos del turismo de la capi.

No vimos todas las vacas expuestas, pero la tournée que hicimos el otro día fue bastante prolífica en cuanto a fotos. Como siempre, aquí os las dejo. Que os gusten muuuuuucho (festival del humooooor, ¡¡tacháaaan!!)

(*) Qué pasa, cada uno traduce Cow Parade como le da la gana...

Los islandeses locos...

Llevo un tiempecito descubriendo (o redescubriendo), por culpa de varias fuentes, a los islandeses locos: Sigur rós. Rebuscando por ahí, aunque no mucho dado el ataque de vagancia que tengo hoy encima, descubro que significa en el intrincado idioma islandés "Rosa de la victoria". Mi avispado intelecto me dice que rós va a ser rosa, y Sigur de la victoria con alguna de sus declinaciones raras... En fin, que tenéis más info de la oficial masticable en la wiki.

Dejando a un lado (pero poco) las estupideces, este grupo es muy muy bueno. Lo mejor es que es jodidamente difícil de colocar, como tienen la manía los críticos míticos de hoy en día: "humm... tiene un toque retro elevado al trash con algo de rock logaritmo base 10 de indie que blablabla". Para mí estos tíos tienen una música relajante, ecléctica, llegando a un paroxismo tal que parecen verse los glaciares y los géiseres islandeses delante de tus narices. A veces mi retórica da asco, pero bueno, ha salido así la frase... Como curiosidad, al señor Jonsi (cantante y multiinstrumentista) a veces le da por tocar un guitarrazo eléctrico con un arco de violín en modo vertical; la caña, oiga.

No me enrollo más: os dejo un par de enlaces a dos temazos, como son Glósóli y Hoppipolla (no, no quiero rimas, gracias, coincidencias del islandés).

La verdad es que viendo paisajes como éstos y con leyendas como ésta, no me extraña que salga gente tan gloriosamente tarada...

Ah, la neige...

Pues sí, aunque parezca increíble dada la boina de mierda (*) que protege nuestras cabezas en esta nuestra urbe, el pasado viernes cayó una señora nevada en Madrid.

Lo primero, constatar lo caótica y calamitosamente diseñada que está la ciudad: se montó un pitote de circulación, retrasos en el aeropuerto, mala leche en la gente llegando horas tarde al curro... La auténtica ley de la jungla.

Eso sí, por la tarde se veían manadas de gente en busca de encuadres perfectos con sus cámaras de los edificios y parques emblemáticos cubiertos de una preciosa pátina blanca. En fin, este humilde servidor tomó unas cuantas, que he dejado colgadas aquí. Espero que os gusten...

(*) Mi querido Haritz y yo desarrollamos una teoría: "Sobre la polución y su implicación en las precipitaciones atmosféricas en la ciudad de Madrid". Veníamos a decir que la capa de contaminación que tenemos encima, aparte de hacernos parecer delicadas verduritas al abrigo del invierno, provoca que lluvia y demases lleguen con días de retraso. En concreto, la lluvia empieza a caer cuando se acumula tanto que abre un agujero en la capa de mierda y empieza a atravesarla. Sí, lo sé, somos lo peor...

Nochevieja canariona (y aledaños)

Harto de la rutina anual de nochevieja salmantina con frío y organizada tarde, mal y nunca (y no es que no me lo pase bien, pero es lo que tenemos los del CCI-Club del Culo Inquieto, que nos cansamos de lo mismo), decidí este año pasarla fuera. Hete aquí que esta cabra loca fue secundada por otras dos, Nacho y Edgar, y se convirtió en un viaje en toda regla de 6 días a la idílica isla de Gran Canaria.

Durante estos días, y con la inestimabilísima ayuda de nuestra lugareña favorita Ceci (un besote, preciosa :), mezclamos en la coctelera una abundante dosis de juerga nocturna, excesiva quizás (pese a la magnificencia del número 10 cuando se refiere a vodka...), repartida entre nochevieja y el sábado siguiente; unas pinceladas aquí y allá de la gastronomía local, empezando por la ropa vieja y las papas arrugadas con mojo, siguiendo por los pescaditos canarios (abae, cherne) y terminando con un buen mousse de gofio o cualquier cosa con bienmesabe; unas gotas de montaña con forma de roque (Nublo y Bentayga); un chorro de arquitectura canaria, desde pueblecitos como Teror, Agüimes y Gáldar, al barrio de Vegueta de Las Palmas; y todo ello, aderezado con hielo picado del siempre presente y relajante Atlántico...

He colgado las fotos aquí, por si queréis perder un rato de vuestro tiempo.

En fin, que no sé si repetiré isla, archipiélago o qué, pero el año que viene repito viaje por estas fechas...