lunes, 19 de octubre de 2009

Las dulces citas obligadas de octubre...

Cada octubre hay dos citas casi obligadas en mi calendario. La primera es reciente, la segunda lleva ya unos años... Se trata de, respectivamente, el festival de juegos de mesa de Córdoba y la cena de Incunables.

El festival contó con mi presencia por segundo año consecutivo, y se está convirtiendo en cita obligada. Un fin de semana en el que se te pasa el tiempo volando entre juegos de mesa conocidos y desconocidos, aderezados con impases de buena compañía y mejor gastronomía cordobesa (ya la he descrito en su día, no voy a abundar en detalles; además, tengo hambre ahora mismo y no ha lugar). Un estupendo encuentro entre avezados jugadores y curiosos que comienzan a engancharse a este sano vicio.

Y qué decir de nuestra querida fiesta de Incunables... Me parece prodigioso que nos juntemos más de 60 personas a una cena cada año en estas fechas, y conocer los devenires de cada uno a la vez que se cuentan por enésima vez batallitas que tantas risas han provocado.

Que me duren ambas muchos años...

New York city boys

Tomando prestado el título a los Pet shop boys, escribo con un mes de retraso este post, dedicado a nuestro viaje a New York a mediados de septiembre.

La gran manzana es una ciudad increíble desde muchos puntos de vista. Los rascacielos de Manhattan, aglutinados en tan pequeño espacio para lo monstruosos que son; la calidez de la gente, puesto que lo más probable es que ellos mismos no sean de allí y en su día pasaron una dura adaptación, con lo que quieren hacértela a ti más llevadera; y, sobre todo, ese dulce caos de coches, luces, vapores de humo y diversidad de gentes y culturas. Vamos, que, desde mi punto de vista, es una ciudad para disfrutarla viviendo allí una temporada...

Hay mucho que ver en NYC, sobre todo porque en muchos casos son atracciones a las que un europeo no está habituado a contemplar (vamos, que no tendremos un casco histórico como en cualquiera de las ciudades europeas que le vengan a uno a la cabeza). En breves retazos, yo destacaría las vistas desde cualquiera de sus dos miradores, el Top of the rock del Rockefeller Center y el Empire State Building; surcar las aguas del East o del Hudson y contemplar las vistas de Manhattan y de la estatua de la Libertad; los delicados edificios semipalaciegos y su contraste con los de hierro colado del Village; los interminables puentes de Manhattan y Brooklyn, con sus increíbles panorámicas; la curiosa mezcla de bullicio y tranquilidad del gigantesco Central Park; el ajetreo de la 5ª avenida y de Times Square; la diferencia entre Brooklyn y Manhattan, mucho más tranquila aquélla pero con un ambientazo cuando se retira el sol... Ya digo, mucho para ver y disfrutar.

Como siempre os dejo aquí las fotos, recopiladas de las cámaras de los cuatro New York City boys que fuimos para allá (sí, recopilar y seleccionar han retardado mucho la publicación de este post, pero nunca es tarde si blablabla...).