Años después de otra visita a Valencia que coincidió con sus estruendosas Fallas, repetimos este año con nuevos bríos.
El viaje tuvo de todo: risas varias (con mucha nocturnidad y alevosía), castillos no de piedra sino de fuegos artificiales, trillones de petardos y un colofón de fuego. Están locos, estos valencianos...
Como siempre, aquí las fotos
miércoles, 24 de marzo de 2010
sábado, 27 de febrero de 2010
Disfraces a pares
Hace escasas fechas tuvo lugar el enésimo encuentro en ese lugar mágico, emblemático y felliniano que es Parada de Rubiales, donde uno ya, de tantas veces que ha disfrutado de batallas y demases, no se espanta de nada. Dadas las citadas infinitas posibilidades de ser plató de un Nove e mezzo, qué menos que le dedique yo (al fin) un post, y más aún aprovechando la ocasión.
¿Cuál fue la excusa esta vez? Tocó de nuevo una fiesta de disfraces, pero por primera vez sin una temática común, sino que, tras un previo sorteo y agrupación por parejas (las cuales desconocían quiénes conformaban el resto de parejas), se ponían de acuerdo para disfrazarse entre ellos dos. Los resultados fueron muy variados, como se puede ver en las fotos del evento.
En mi caso, tuve el honor de, junto a Elo, poder imitar a los geniales Tip y Coll. Ni la calidad del vídeo es buena, ni nosotros les llegamos a los originales a la suela de los zapatos, pero nos lo pasamos teta parodiando el número del "vaso de agua" (nótese que, en nuestro caso, es el "vaso de vino"; quita, quita, no nos vaya a visitar la SGAE por un quítame allá esas pajas...).
Adjunto vídeo original y nuestra humilde imitación. Tanto Elo como yo aceptamos todo tipo de escarnio público después de que veáis esto...
¿Cuál fue la excusa esta vez? Tocó de nuevo una fiesta de disfraces, pero por primera vez sin una temática común, sino que, tras un previo sorteo y agrupación por parejas (las cuales desconocían quiénes conformaban el resto de parejas), se ponían de acuerdo para disfrazarse entre ellos dos. Los resultados fueron muy variados, como se puede ver en las fotos del evento.
En mi caso, tuve el honor de, junto a Elo, poder imitar a los geniales Tip y Coll. Ni la calidad del vídeo es buena, ni nosotros les llegamos a los originales a la suela de los zapatos, pero nos lo pasamos teta parodiando el número del "vaso de agua" (nótese que, en nuestro caso, es el "vaso de vino"; quita, quita, no nos vaya a visitar la SGAE por un quítame allá esas pajas...).
Adjunto vídeo original y nuestra humilde imitación. Tanto Elo como yo aceptamos todo tipo de escarnio público después de que veáis esto...
lunes, 14 de diciembre de 2009
Birroquedada
Este pasado fin de semana por fin llevamos a cabo un proyecto que teníamos en mente: juntarnos unos pocos a beber cerveza. No, no es lo que llevamos haciendo desde siempre; me refiero a buena cerveza al estilo de una cata de vino.
Así pues, 6 personas degustamos 6 cervezas diferentes, maridadas ellas con una buena dosis de comida. El experimento resultó muy satisfactorio, así que habrá que repetirlo. Pongo debajo los logos de las 6 cervezas elegidas, todas ellas muy recomendables.
Así pues, 6 personas degustamos 6 cervezas diferentes, maridadas ellas con una buena dosis de comida. El experimento resultó muy satisfactorio, así que habrá que repetirlo. Pongo debajo los logos de las 6 cervezas elegidas, todas ellas muy recomendables.

viernes, 20 de noviembre de 2009
Leoneses y polacos, todos locos
En las últimas fechas he pasado dos buenos ratos de bendita locura: un fin de semana loco en León, y un concierto de los polacos locos, Kroke.
El periplo leonés comenzó con una clásica pero para nada repetitiva visita al Húmedo de León (dioses, cómo está la morcilla...), para seguir al día siguiente con un cocido maragato en Castrillo de los Polvazares; tengo que preguntar a alguna maragata que conozco por qué van al revés que el resto del mundo, pues comienzan con la carne y garbanzos, y luego se toman la sopa...
Tras un breve aunque vistoso paseo por Astorga, el resto del fin de semana lo pasamos en Vegacervera, donde, curiosa casualidad, estaba la feria del chivo, festividad anual. Siguiendo la línea gastronómica que veníamos llevando, alguien tuve que comprar algún detallito en la feria.
Y el plato fuerte del fin de semana (no, no sigo hablando de comida, es una metáfora, querido Mario Ruoppolo...) fue el espeleobarranquismo en las cuevas de Valporquero. Se trata de un recorrido muy completo para ser un barranco, con el aliciente de que se va dentro de la cueva y no al aire libre, salvo un pequeño tramo hacia el final. Sifones, toboganes, zonas de nado, rápeles, saltos... un auténtico disfrute para los culos inquietos como el que suscribe.
Os dejo unas poquitas fotos de Astorga y de León aquí.
Para terminar, he de reseñar el afortunadamente anual placer de ver a Kroke en directo. Cada año los veo en concierto, y cada año disfruto igual o más. Os dejo un vídeo de uno de sus temas clásicos, Ajde Jano.
El periplo leonés comenzó con una clásica pero para nada repetitiva visita al Húmedo de León (dioses, cómo está la morcilla...), para seguir al día siguiente con un cocido maragato en Castrillo de los Polvazares; tengo que preguntar a alguna maragata que conozco por qué van al revés que el resto del mundo, pues comienzan con la carne y garbanzos, y luego se toman la sopa...
Tras un breve aunque vistoso paseo por Astorga, el resto del fin de semana lo pasamos en Vegacervera, donde, curiosa casualidad, estaba la feria del chivo, festividad anual. Siguiendo la línea gastronómica que veníamos llevando, alguien tuve que comprar algún detallito en la feria.
Y el plato fuerte del fin de semana (no, no sigo hablando de comida, es una metáfora, querido Mario Ruoppolo...) fue el espeleobarranquismo en las cuevas de Valporquero. Se trata de un recorrido muy completo para ser un barranco, con el aliciente de que se va dentro de la cueva y no al aire libre, salvo un pequeño tramo hacia el final. Sifones, toboganes, zonas de nado, rápeles, saltos... un auténtico disfrute para los culos inquietos como el que suscribe.
Os dejo unas poquitas fotos de Astorga y de León aquí.
Para terminar, he de reseñar el afortunadamente anual placer de ver a Kroke en directo. Cada año los veo en concierto, y cada año disfruto igual o más. Os dejo un vídeo de uno de sus temas clásicos, Ajde Jano.
lunes, 19 de octubre de 2009
Las dulces citas obligadas de octubre...
Cada octubre hay dos citas casi obligadas en mi calendario. La primera es reciente, la segunda lleva ya unos años... Se trata de, respectivamente, el festival de juegos de mesa de Córdoba y la cena de Incunables.
El festival contó con mi presencia por segundo año consecutivo, y se está convirtiendo en cita obligada. Un fin de semana en el que se te pasa el tiempo volando entre juegos de mesa conocidos y desconocidos, aderezados con impases de buena compañía y mejor gastronomía cordobesa (ya la he descrito en su día, no voy a abundar en detalles; además, tengo hambre ahora mismo y no ha lugar). Un estupendo encuentro entre avezados jugadores y curiosos que comienzan a engancharse a este sano vicio.
Y qué decir de nuestra querida fiesta de Incunables... Me parece prodigioso que nos juntemos más de 60 personas a una cena cada año en estas fechas, y conocer los devenires de cada uno a la vez que se cuentan por enésima vez batallitas que tantas risas han provocado.
Que me duren ambas muchos años...
El festival contó con mi presencia por segundo año consecutivo, y se está convirtiendo en cita obligada. Un fin de semana en el que se te pasa el tiempo volando entre juegos de mesa conocidos y desconocidos, aderezados con impases de buena compañía y mejor gastronomía cordobesa (ya la he descrito en su día, no voy a abundar en detalles; además, tengo hambre ahora mismo y no ha lugar). Un estupendo encuentro entre avezados jugadores y curiosos que comienzan a engancharse a este sano vicio.
Y qué decir de nuestra querida fiesta de Incunables... Me parece prodigioso que nos juntemos más de 60 personas a una cena cada año en estas fechas, y conocer los devenires de cada uno a la vez que se cuentan por enésima vez batallitas que tantas risas han provocado.
Que me duren ambas muchos años...
New York city boys
Tomando prestado el título a los Pet shop boys, escribo con un mes de retraso este post, dedicado a nuestro viaje a New York a mediados de septiembre.
La gran manzana es una ciudad increíble desde muchos puntos de vista. Los rascacielos de Manhattan, aglutinados en tan pequeño espacio para lo monstruosos que son; la calidez de la gente, puesto que lo más probable es que ellos mismos no sean de allí y en su día pasaron una dura adaptación, con lo que quieren hacértela a ti más llevadera; y, sobre todo, ese dulce caos de coches, luces, vapores de humo y diversidad de gentes y culturas. Vamos, que, desde mi punto de vista, es una ciudad para disfrutarla viviendo allí una temporada...
Hay mucho que ver en NYC, sobre todo porque en muchos casos son atracciones a las que un europeo no está habituado a contemplar (vamos, que no tendremos un casco histórico como en cualquiera de las ciudades europeas que le vengan a uno a la cabeza). En breves retazos, yo destacaría las vistas desde cualquiera de sus dos miradores, el Top of the rock del Rockefeller Center y el Empire State Building; surcar las aguas del East o del Hudson y contemplar las vistas de Manhattan y de la estatua de la Libertad; los delicados edificios semipalaciegos y su contraste con los de hierro colado del Village; los interminables puentes de Manhattan y Brooklyn, con sus increíbles panorámicas; la curiosa mezcla de bullicio y tranquilidad del gigantesco Central Park; el ajetreo de la 5ª avenida y de Times Square; la diferencia entre Brooklyn y Manhattan, mucho más tranquila aquélla pero con un ambientazo cuando se retira el sol... Ya digo, mucho para ver y disfrutar.
Como siempre os dejo aquí las fotos, recopiladas de las cámaras de los cuatro New York City boys que fuimos para allá (sí, recopilar y seleccionar han retardado mucho la publicación de este post, pero nunca es tarde si blablabla...).
La gran manzana es una ciudad increíble desde muchos puntos de vista. Los rascacielos de Manhattan, aglutinados en tan pequeño espacio para lo monstruosos que son; la calidez de la gente, puesto que lo más probable es que ellos mismos no sean de allí y en su día pasaron una dura adaptación, con lo que quieren hacértela a ti más llevadera; y, sobre todo, ese dulce caos de coches, luces, vapores de humo y diversidad de gentes y culturas. Vamos, que, desde mi punto de vista, es una ciudad para disfrutarla viviendo allí una temporada...
Hay mucho que ver en NYC, sobre todo porque en muchos casos son atracciones a las que un europeo no está habituado a contemplar (vamos, que no tendremos un casco histórico como en cualquiera de las ciudades europeas que le vengan a uno a la cabeza). En breves retazos, yo destacaría las vistas desde cualquiera de sus dos miradores, el Top of the rock del Rockefeller Center y el Empire State Building; surcar las aguas del East o del Hudson y contemplar las vistas de Manhattan y de la estatua de la Libertad; los delicados edificios semipalaciegos y su contraste con los de hierro colado del Village; los interminables puentes de Manhattan y Brooklyn, con sus increíbles panorámicas; la curiosa mezcla de bullicio y tranquilidad del gigantesco Central Park; el ajetreo de la 5ª avenida y de Times Square; la diferencia entre Brooklyn y Manhattan, mucho más tranquila aquélla pero con un ambientazo cuando se retira el sol... Ya digo, mucho para ver y disfrutar.
Como siempre os dejo aquí las fotos, recopiladas de las cámaras de los cuatro New York City boys que fuimos para allá (sí, recopilar y seleccionar han retardado mucho la publicación de este post, pero nunca es tarde si blablabla...).
viernes, 11 de septiembre de 2009
Grande bière à la Grand Place
El fin de semana pasado tuve la suerte de volver a tierras flamencas para disfrutar de la inmejorable cerveza belga en Bruselas.
Tras un tortuoso viaje con 3 horas de retraso (no voléis nunca con Ryanair: aparte de darte una murga impresionante durante el vuelo, en el que si pudiesen te venderían a la madre del piloto, debe de tener retrasos constantes), llegamos a Bruselas. Tras la cenita previa, llegamos a un bar donde se mezclan más de 2000 tipos diferentes de cervezas con aproximadamente el mismo número de clases de guiri, el Delirium cafe. Tras contener las chiribitas de los ojos al ver la carta y su formato al más puro estilo libro gordo de Petete, empezamos a darle a la belga (la cerveza). Qué cerveza...
El día siguiente se empleó para ver la ciudad. La Grand Place es, probablemente, la plaza más bonita de Europa (y lo dice un charro...). Del resto, la catedral se deja ver, las galerías saint-Hubert, el palacio de Justicia... En esta visita conseguí, con gran orgullo y satisfacción (entónese con acento borbónico), no pasar por el ridículo Manneken pis y su séquito de guiris delante tirando miles de fotos.
Y desde por la tarde hasta entrada la noche, de nuevo a encontrarse con les bières belges. Inicialmente en el festival de la cerveza, la excusa del fin de semana. Tiene mucho encanto lo de beber al aire libre rodeado de los muros de la Grand Place, aunque si repito (las belgas, en este caso mujeres&cervezas, lo merecen), será otro festival más pequeño y campestre, de los cuales debe de haber chorrocientos en ese adorable minúsculo país. Impás estupendo de cena con el plato clásico y delicioso moules frites (mejillones con patatas fritas, vaya) en el celebérrimo Chez Leon, y más cervezas, que fueron las culpables de la fotosíntesis de la mañana siguiente y la imposibilidad de ver lo que me queda de Bruselas, el Atomium. Al menos es una excusa para volver...
Como siempre, dejo aquí las fotos de la excursión.
Tras un tortuoso viaje con 3 horas de retraso (no voléis nunca con Ryanair: aparte de darte una murga impresionante durante el vuelo, en el que si pudiesen te venderían a la madre del piloto, debe de tener retrasos constantes), llegamos a Bruselas. Tras la cenita previa, llegamos a un bar donde se mezclan más de 2000 tipos diferentes de cervezas con aproximadamente el mismo número de clases de guiri, el Delirium cafe. Tras contener las chiribitas de los ojos al ver la carta y su formato al más puro estilo libro gordo de Petete, empezamos a darle a la belga (la cerveza). Qué cerveza...
El día siguiente se empleó para ver la ciudad. La Grand Place es, probablemente, la plaza más bonita de Europa (y lo dice un charro...). Del resto, la catedral se deja ver, las galerías saint-Hubert, el palacio de Justicia... En esta visita conseguí, con gran orgullo y satisfacción (entónese con acento borbónico), no pasar por el ridículo Manneken pis y su séquito de guiris delante tirando miles de fotos.
Y desde por la tarde hasta entrada la noche, de nuevo a encontrarse con les bières belges. Inicialmente en el festival de la cerveza, la excusa del fin de semana. Tiene mucho encanto lo de beber al aire libre rodeado de los muros de la Grand Place, aunque si repito (las belgas, en este caso mujeres&cervezas, lo merecen), será otro festival más pequeño y campestre, de los cuales debe de haber chorrocientos en ese adorable minúsculo país. Impás estupendo de cena con el plato clásico y delicioso moules frites (mejillones con patatas fritas, vaya) en el celebérrimo Chez Leon, y más cervezas, que fueron las culpables de la fotosíntesis de la mañana siguiente y la imposibilidad de ver lo que me queda de Bruselas, el Atomium. Al menos es una excusa para volver...
Como siempre, dejo aquí las fotos de la excursión.
miércoles, 5 de agosto de 2009
De excursiones y conciertos...
En las últimas semanas he tenido la suerte de disfrutar de varias excursioncitas campestres y de un par de conciertos con los que he disfrutado como un enano. Empiezo por las primeras:
- Fin de semana soriano-burgalés
Utilizando como campamento base la genuina y megahospitalaria casa de Rigo en Cascajares de la Sierra, más de diez personas estuvimos pasando un par de días muy agradables en tierras castellanas.
El primero de los dos días nos dedicamos al turismo por la zona: el monasterio ruinoso pero cuco de San Pedro de Arlanza, el muy conservado pueblo de Covarrubias, el cañón con buitres de la Yecla y el sosiego reinante en el monasterio de Santo Domingo de Silos, rematado con unas buenas viandas en Salas de los Infantes y un baño en las frías pero deliciosas aguas del Arlanza.
Al día siguiente nos calzamos las botas e hicimos la ruta de los Picos de Urbión, partiendo desde la laguna Negra. La pobre laguna, al finalizar la ruta, no se libró de nuestro baño pese a ponernos el agua fría.
Os dejo aquí las fotos de esta excursión.
- Excursión a la Pedriza.
Poniéndonos el traje de dominguero madrileño (aunque no del todo, vive dios), hicimos una ruta por la zona de la Pedriza. Un paraje muy interesante, atravesando jaras, viendo buitres y contemplando las espectaculares formas de los berrocales. Además, como buen colchonero que es uno, hizo ilusión pegarse un minibaño en las aguas del Manzanares...
Cronológicamente hablando, los conciertos fueron los siguientes:
- Youssou N'Dour
Los veranos de la Villa nos trajeron de nuevo al más conocido músico africano. De nuevo nos mantuvo en movimiento todo el concierto con el ritmo del mbalax y nos fascinaron los matices de su voz (plata líquida, Peter Gabriel dixit). Como muestra, este botón.
- Leonard Cohen
La plaza de toros de León (León Arena, son así de fashion) nos trajo al canadiense judío loco en una de las citas de su gira por España. Bendita asesora económica que le dejó en la ruina, ya que gracias a eso ha tenido que volver a tocar en directo. Muy buen grupo de músicos a su alrededor, público entregado, y Big Lenny, pese a notarse algo cascado de voz, lo entregó todo con un resultado espectacular. Id a verlo los que podáis, que será su última gira...
El concierto de Londres 2008 se asemeja bastante a lo que vimos. San youtube nos aporta este vídeo...
- Fin de semana soriano-burgalés
Utilizando como campamento base la genuina y megahospitalaria casa de Rigo en Cascajares de la Sierra, más de diez personas estuvimos pasando un par de días muy agradables en tierras castellanas.
El primero de los dos días nos dedicamos al turismo por la zona: el monasterio ruinoso pero cuco de San Pedro de Arlanza, el muy conservado pueblo de Covarrubias, el cañón con buitres de la Yecla y el sosiego reinante en el monasterio de Santo Domingo de Silos, rematado con unas buenas viandas en Salas de los Infantes y un baño en las frías pero deliciosas aguas del Arlanza.
Al día siguiente nos calzamos las botas e hicimos la ruta de los Picos de Urbión, partiendo desde la laguna Negra. La pobre laguna, al finalizar la ruta, no se libró de nuestro baño pese a ponernos el agua fría.
Os dejo aquí las fotos de esta excursión.
- Excursión a la Pedriza.
Poniéndonos el traje de dominguero madrileño (aunque no del todo, vive dios), hicimos una ruta por la zona de la Pedriza. Un paraje muy interesante, atravesando jaras, viendo buitres y contemplando las espectaculares formas de los berrocales. Además, como buen colchonero que es uno, hizo ilusión pegarse un minibaño en las aguas del Manzanares...
Cronológicamente hablando, los conciertos fueron los siguientes:
- Youssou N'Dour
Los veranos de la Villa nos trajeron de nuevo al más conocido músico africano. De nuevo nos mantuvo en movimiento todo el concierto con el ritmo del mbalax y nos fascinaron los matices de su voz (plata líquida, Peter Gabriel dixit). Como muestra, este botón.
- Leonard Cohen
La plaza de toros de León (León Arena, son así de fashion) nos trajo al canadiense judío loco en una de las citas de su gira por España. Bendita asesora económica que le dejó en la ruina, ya que gracias a eso ha tenido que volver a tocar en directo. Muy buen grupo de músicos a su alrededor, público entregado, y Big Lenny, pese a notarse algo cascado de voz, lo entregó todo con un resultado espectacular. Id a verlo los que podáis, que será su última gira...
El concierto de Londres 2008 se asemeja bastante a lo que vimos. San youtube nos aporta este vídeo...
sábado, 18 de julio de 2009
excursão portuguesa
Cuatro días trotando por la mitad septentrional de Portugal han vuelto a confirmar lo bien que se está cuando se visita ese país...
Empiezo por el único punto negro. La excusa inicial que puso la semilla de este viaje se fue a pique: lesión en una pierna de uno de los componentes de Depeche Mode, y concierto cancelado. Cabreo y frustración, pero bueno, se pudo aprovechar y patear más.
La tournée comenzó en Oporto, que nos encantó a todos. Es una ciudad vieja, en ciertas zonas marchita, pero no ha sido derrotada por la fiebre urbanística y conserva sus casas viejas, callejas empedradas y suciedad de los tiempos en que era un puerto (Porto) de vinateros, entre otras cosas. Rezuma vida por todos sus barrios, lo cual es de agradecer (está uno hastiado de ciertas ciudades-museo...). El plan B del anulado concierto fue una bodeguita con degustación de vinho de Porto bastante reconfortante. Ah, el vino de Oporto...
Tras Oporto llegó en un día el pack "norteño": Guimarães y Braga. Guimarães conserva aún un casco viejo y una serie de placitas muy chulas, además de un palecete-fortaleza que se construyeron unos nobles (sin darse importancia) y de un semiderruido pero contundente castillito. Braga casi agota por su densidad de iglesias-palacios-casetos barrocos: cada dos pasos te encuentras un edificio de piedra y cal... Eso sí, a las afueras tienen una preciosa iglesia, la de Bom Jesus, con unas escaleras decoradas con estatuas muy recomendables, y unas vistas panorámicas de toda la ciudad.
La siguiente jornada nos llevó a Aveiro. Muy poca cosa para la denominada "Venecia portuguesa" (2 canales y cuatro casas chulas). Nuestro alojamiento estaba en Costa Nova, una de las playas a pocos km. de Aveiro. Bonito paseo de casas pintadas, y una playa bastante grande y no muy concurrida, que nos permitió ver una preciosa puesta de sol sobre el Atlántico.
Ya de vuelta, hicimos una pequeña escala en Guarda (catedral y poco más), y una paradita en terreno patrio: Ciudad Rodrigo (a veces uno tiene que sacar su charrismo a florecer, coño).
No puedo dejar de lado lo bien que se come por Portugal: el exquisito y sempiterno bacalhau, el delicioso y refrescante vinho verde, la extensa pastelería portuguesa y el glorioso café. Difícil lo tendrá el café italiano cuando lo pruebe in situ para superar al portugués...
Para variar, os dejo un enlace con las fotos.
Empiezo por el único punto negro. La excusa inicial que puso la semilla de este viaje se fue a pique: lesión en una pierna de uno de los componentes de Depeche Mode, y concierto cancelado. Cabreo y frustración, pero bueno, se pudo aprovechar y patear más.
La siguiente jornada nos llevó a Aveiro. Muy poca cosa para la denominada "Venecia portuguesa" (2 canales y cuatro casas chulas). Nuestro alojamiento estaba en Costa Nova, una de las playas a pocos km. de Aveiro. Bonito paseo de casas pintadas, y una playa bastante grande y no muy concurrida, que nos permitió ver una preciosa puesta de sol sobre el Atlántico.
Ya de vuelta, hicimos una pequeña escala en Guarda (catedral y poco más), y una paradita en terreno patrio: Ciudad Rodrigo (a veces uno tiene que sacar su charrismo a florecer, coño).
No puedo dejar de lado lo bien que se come por Portugal: el exquisito y sempiterno bacalhau, el delicioso y refrescante vinho verde, la extensa pastelería portuguesa y el glorioso café. Difícil lo tendrá el café italiano cuando lo pruebe in situ para superar al portugués...
Para variar, os dejo un enlace con las fotos.
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